La Historia del Olivo: La Grecia Antigua

por | Ago 17, 2014 | Historia | 0 Comentarios

El Olivo en la Antigua Grecia estaba considerado como un árbol mágico que simbolizaba la inmortalidad, la vida, la victoria, la fertilidad y la paz cuyo origen se encontraba en los Dioses. Otro símbolo con el que se identificaba eran sus ramas, que transmitían un mensaje de paz y tolerancia entre los pueblos. Hoy en día incluso quedan muchos vestigios de esa magia como puedan ser los olivos que rodean la magnífica acrópolis en Atenas.

acropolis

El origen mitológico del olivo se debe a una lucha entre la Diosa Atenea y Poseidón. Ambos rivalizaron por poner nombre y ser los patronos de una ciudad creada por el Rey Cecrops. Para poner paz entre ambas deidades, Zeus les impuso una prueba y aquel que triunfara en la misma sería el que se llevara los honores. Poseidón clavó su tridente en una roca de la que brotó un manantial de agua salada (otras versiones hablan del nacimiento del caballo en vez del agua salada) y que estuvo a punto de inundar la ciudad. Los pobladores protestaron porque el agua estropearía sus ricas tierras de cultivo. Atenea golpeó la roca con su lanza y apareció un regalo más práctico, brotó un olivo. Un olivo con el que obtendrían aceite para alimentarse, para iluminar y para hacer perfumes, y pusieron su ciudad bajo la protección de la diosa. Es por ello que esa ciudad se llama Atenas y su patrona era Atenea. La Acrópolis de Atenas es un claro ejemplo de este patronazgo y es allí donde se guarda el olivo (no es el auténtico claro está) detrás del Erecteion (templo de Erecteo) en el pedregoso cerro de la Acrópolis. Actualmente esta imagen del olivo cerca del Partenón, en concreto en el templo de Atenea es una de las más fotos buscadas por los turistas que se acercan a la Acrópolis.

erecteion

Además de por la aceituna, el olivo era muy apreciado por su madera y muchos de las estatuas de los dioses, los cetros de los reyes o los instrumentos de los sacerdotes se hacían de madera de olivo. Le consideraban el árbol y su madera inmortales por su capacidad de rebrotación una vez talado o podado. De hecho, en Olimpia, la estatua de Zeus obra de Fidias estaba realizada en madera de olivo y decorada con marfil y oro. Era en Olimpia donde a los vencedores de los antiguos Juegos Olímpicos, se les ungía su cuerpo con aceite y eran coronados vencedores con una corona realizada de ramas de olivo. Es curioso también el caso del sabio griego Aristóteles gustaba de ser ungido con aceite de oliva tibio antes de dialogar con sus discípulos.

Otra de las aplicaciones del aceite de oliva de la antigua Grecia era la de perfume y ungüento para conseguir y conservar la belleza. Entre la alta alcurnia era muy común usar aceites aromáticos en diferentes partes del cuerpo.

Era tal la importancia que los antiguos griegos otorgaban al olivo que incluso había una severa legislación para su protección y uso. Quien arrancara un olivo próximo a la Acrópolis podía ser condenado al exilio, además confiscarle todos sus bienes. Esta sanción se ampliaba a quienes talasen más de dos olivos aunque fuesen de su propiedad. Hasta le erigían Templos como en Délos que los comerciantes de aceite como ofrenda realizaron un Templo y una estatua a Hércules Olivarius.

En definitiva era un árbol sagrado y de hecho se creía que los hijos de las de las divinidades nacían bajo las ramas del olivo, por lo que era habitual en la vida diaria llevar a las mujeres embarazadas a dormir bajo los olivos.

Han existido pocas civilizaciones que dieran tanta importancia a este árbol en sus creencias y en su vida diaria. Aunque, como veremos más adelante, los romanos también engrandecieron su cultivo y le otorgaron un gran papel en su vida y su cultura.

 

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