La Historia del Olivo: Roma

por | Oct 26, 2014 | Historia | 0 Comentarios

Esta cultura fueron sin duda los grandes propagadores del cultivo del olivo en toda la cuenca mediterránea. Su dominio de Europa se tradujo, a través del Mare Nostrum como medio de transporte, en un aumento del uso del aceite de oliva entre sus poblaciones al mismo tiempo que  su imperio crecía.

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Esta pasión por el olivo les llegó a través de la civilización griegos, siendo Sicilia la primera región en ser cultivada a gran escala. Y son muchos los usos del aceite de oliva (oleum) en la vida cotidiana de la época. Existen muchos ejemplos tanto de la alta sociedad como del pueblo llano. Y no solo como alimento. De hecho, Nerón usaba agua, aceite de oliva y pétalos de rosas tanto en fiestas como a diario y en las termas romanas era costumbre ungirse con aceite de oliva aromatizado previamente con hierbas silvestres.

Una curiosidad es que a Claudio Galeno (129-199 d.C.), médico en la escuela de gladiadores de Pérgamo, se le atribuye la creación de la primera crema hidratante de la historia a partir de aceite de oliva, agua y cera de abejas, proporcionando hidratación y mejoras en la piel.

Pero, por supuesto, el oleum era alimento para los romanos. Y el más apreciado como no puede ser de otra forma era el “oleum hispanicum”, procedente de Hispania. Este producto solía llegar al puerto de Ostia, y de ahí a Roma a través del Tiber, en barcos creados a tal efecto. Solo transportaban aceite y se llamaban “navi oleari” . Transportaban atadas las ánforas que se usaban en el comercio y que tenían una capacidad media de 50 litros.

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Hasta tenían su propia clasificación del aceite de oliva:

– “oleum ex albis ulivis” procedente de las aceitunas verdes.
– “oleum viride” procedente de aceitunas recogidas en el estado de envero.
– “oleum maturum” procedente de aceitunas maduras.
– “oleum caducum” procedente de aceitunas caídas a la tierra y tocadas.
– “oleum cibarium” procedente de aceitunas casi podridas, que fue destinado a la alimentación de los esclavos.

Era tan importante el comercio y el uso del aceite de oliva que hasta nuestros días ha llegado un hallazgo que atestigua este papel crucial en esta civilización. El Monte Testaccio. El Monte de los Tiestos. Un monte artificial creado por fragmentos cerámicos, de unos 35 metros de altura y alrededor de una milla de perímetro, localizado cerca del Tiber.

Cerca del puerto de Ostia, se descubrió que este un monte que se pensaba que era natural y que sin embargo un monte artificial que se realizó con más de 40 millones de ánforas usadas para el transporte de aceite. Se sabe por la catas que se han realizado en este monte que provienen en su mayoría desde las provincias Bélica y Tarraconense de la Hispania ya que en los tiestos se han hallado restos de los sellos de estas provincias.

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Por todo ello, los romanos consideraban el aceite de oliva como un artículo de lujo, más que un producto necesario para la vida, y por ello su consumo no estaba al alcance del pueblo llano, además de estar prohibido para finalidades profanas.

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