Volvemos a la carga con la divulgación informativa y científica alrededor del olivo y el aove. Comenzamos de nuevo una serie de artículos con base de conocimiento técnico, acerca de diferentes temáticas sobre la aceituna: agronomía, gastronomía, elaiotecnia, marketing, etc. El primero de esta serie de artículos, está dedicado a las enfermedades y plagas del fruto y del olivo.

Arrancamos con la plaga más conocida: la Mosca del Olivo (Bactroceraoleae). Estamos ante un díptero que causa muchos dolores de cabeza a los agricultores por los daños que ocasiona. Su forma de actuar es que la hembra pone huevos bajo la epidermis del fruto, y las larvas que originan van oradando la pulpa a base de la creación de galerías al nutrirse. Estas cavidades son el caldo de cultivo para más microorganismos y hongos, que amplifican el proceso de putrefacción del fruto, dañando enormemente la drupa e inhabilitándola para la obtención de aceite de calidad al incrementar la acidez y aparecer defectos organolépticos. Se pueden realizar tratamientos preventivos e incluso correctivos, dependiendo de la envergadura de la plaga.

Otra plaga importante es la Polilla del olivo o más comúnmente denominada Prays (Prays oleae). Este lepidóptero es uno de los insectos que mayor daño ocasiona al olivar. Durante su vida, cuenta con tres generaciones que dañan significativamente al olivo, afectando la primera a la hoja, la segunda a la flor y la tercera al fruto. Respecto a su fase larvaria, se alimentan de las inflorescencias evitando el cuajado del fruto. Además, en su fase carpófaga, las larvas se instalan en la inserción del pedúnculo al fruto, produciendo la caída de este, pudiendo también penetrar en el fruto y alimentarse de la semilla. En su último estadío, la larva sale por donde mismo entró y produce un nuevo desprendimiento, comúnmente denominado como la caída de San Miguel.

El Repilo es otra enfermedad acuciante en el sector olivarero. Se trata de otro hongo, el Fusicladium oleagineum, y se muestra muy fácilmente en las hojas, aunque también puede atacar al fruto, produciendo el arrugado de este y la caída prematura. Este último caso es menos habitual, pero de ocurrir produciría su deformación o si el ataque es muy agresivo, el hongo formaría una costra sobre el fruto.

El algodoncillo del Olivo, Euphyllura olivina, es un insecto homóptero que no suele provocar importantes daños en el olivo. Si es cierto que suelen ser una plaga muy llamativa por la sustancia algodonosa que segregan las ninfas. El invierno lo pasan en forma adulta, refugiados en la base de hojas, axilas y yemas. En primavera se desarrollan entre los brotes vegetativos y los botones florales segregando una sustancia algodonosa, entre la que crecen, dando lugar a pequeñas colonias que dan el nombre a la plaga. La segunda generación de primavera se produce en el momento de la floración, desarrollándose entre las inflorescencias y las yemas, dando lugar igualmente a colonias de aspecto algodonoso.

La aceituna jabonosa es una enfermedad provocada por un hongo (Colletotrichum gloeosporioides y Colletotrichum acutatum). Su afección se centra en el fruto, así como en hojas y ramas. Respecto a la aceituna, derivado de la infección, se producen unas lesiones que acaban generando su podredumbre, lo que afea su aspecto. El aceite elaborado a partir de ésta, se presenta con altos niveles de acidez y menor estabilidad oxidativa.

Otra enfermedad menos habitual es la Negrilla. Es causada por un hongo, y se reconoce fácilmente porque el hongo se desarrolla sobre el árbol, hojas y ramas y a veces puede cubrir el fruto.

Continuando con las enfermedades producidas por hongos, el Escudete de la aceituna solo ataca al fruto a través de las heridas de la aceituna. Suele presentarse como una imagen de un escudo y es habitual encontrarlo asociado a los orificios producidos en las puestas de la mosca del olivo.

Finalizamos con la Tuberculosis. Se trata de una enfermedad muy llamativa. En nuestro Centro de Interpretación encontramos algunos ejemplares y los visitantes suelen preguntarnos por ello. En este caso es causada por una bacteria (Pseudomonas savastanoi). Y lo llamativo viene por la aparición de unas verrugas ó tumores sobre ramas y troncos. La forma de proceder es que la bacteria aprovecha alguna herida para infectar a la planta, lo cual se ve favorecido por la lluvia. Éstas verrugas son resultado de la infección. Nosotros la incluimos aquí, ya que se dan casos de ataques a las aceitunas, pero no es algo muy usual.